Aparición de formaciones
asimilables a los grupos de tareas: Es en películas de apariencia inocente
donde pueden vislumbrarse algunas características iniciales de los llamados
“grupos de tareas” En “Cantaniño cuenta un
cuento”(Mario David, 1979) y en “Bárbara”(Gino Landi, 1980), aparecen grupos
similares: tres o cuatro hombres según el caso, vestidos de gris o negro,
persiguen a los protagonistas, brindando una sensación de territorio bajo
continuo estado de vigilancia. En la primera, sus acciones se limitan a
pequeños sabotajes para tratar de impedir la exhibición de lo que el grupo
filma; aún en esas circunstancias que podrían aludir elípticamente a la
censura, llama poderosamente la atención la movilidad de esos personajes –cuyo
origen y relaciones con el poder se desconocen- a lo largo de todo el país,
como si se tratara de un espacio liberado para sus acciones. En la segunda, si
bien el grupo exhibe ciertos niveles de torpeza, finalmente pasan a la acción
secuestrando a la protagonista con metodologías que parecen tomadas de los
grupos paramilitares: utilización de objetos que ocultan su verdadera
identidad, vehículos fácilmente relacionables con el accionar policial/militar
–aquí se trata de un Ford Farlaine verde- y uso de elementos que corten toda
posibilidad de movimiento y expresión del secuestrado –mordazas, ataduras-.
El peligro está en los vivos, pag. 55-56.