Se construye una imagen del arma como víctima y
como parte del sacrificio por la integración nacional en consonancia con el
modelo del Proceso de Reorganización Nacional. Alvarado, representación del
ejército puro e intocable, muere al repeler el ataque de una tribu rebelde,
después de haber llevado a los otros aborígenes hasta las tierras que les
entrega. ¿No es posible hallar en esa configuración, una referencia elíptica a la Argentina de los 70? ¿No
es posible pensar a esos indios que se resisten a la Conquista como a los
militantes políticos y las organizaciones guerrilleras?¿No es posible ver en
los grupos de aborígenes que se someten al designio de los puestos militares,
al pueblo argentino inmaduro, al que los militares les deben dar sus derechos y
las tierras para que las trabajen porque no pueden hacerlo por sí mismos?¿Es
descabellado pensar que Alvarado sea un representante de los militares caídos
en servicio ante la amenaza de la “subversión apátrida”?¿Acaso los rebeldes, al
no ser aceptados como argentinos con derechos, no pueden ser considerados
efectivamente como “apátridas”?
El Peligro está en los vivos, pag.73
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