A diferencia de lo
que suele creerse, el deporte preferido por las dictaduras argentinas no era el
fútbol, sino la proscripción del peronismo. Si la sola mención del líder o de cualquier elemento ligado al
movimiento o a cualquiera de sus símbolos equivalían a un delito, tanto en la
autoproclamada Revolución Libertadora como en la dictadura iniciada por Juan
Carlos Onganía, durante el Proceso de Reorganización Nacional sucedió algo
similar. Aunque por cierto, con otros niveles de represión. Incluso a pesar de
que Juan Domingo Perón, líder del movimiento, había muerto casi dos años antes
del golpe de 1976, los militares avanzaron sobre ello, quizás con el temor
bastante infundado de que pudiera ser resucitado -¿podría especularse que la
salida de José López Rega del país pudo haber tenido relación con eso, teniendo
en cuenta su afición al espiritismo?-. Sin embargo, algo se les escapó, y
quizás en la película menos pensada. En “Las locas”(Enrique Carreras,1977), una
de las internadas, interpretada por Olinda Bozán canta en un momento:
Delon, Delon
qué lindo sos
Obviamente, con la
música de la marcha peronista. Quizás hayan pensado que bastaba con entender que
quien usaba la marchita era una loca internada en un siquiátrico. Quizás, y
esto es lo más perturbador, hayan creído que los espectadores no se darían
cuenta. Quién sabe, quizás para muchos haya pasado desapercibida.
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