familiar, plantear una serie de elementos presentes en la sociedad y que
harían eclosión después del golpe de estado: asesinatos, ocultamiento
de cuerpos –inclusive, el gesto de arrojar un cuerpo muerto al río, como
el de la comadreja que cayó en la trampa–, desapariciones, identidades
fraguadas, una frialdad particular ante la muerte vista como naturalizada,
y una percepción de una sociedad fragmentada por la búsqueda del
dominio y el poder. No por nada, Norberto naturaliza todo: “La vida, la
muerte, todo depende de quién maneja los elementos”."
El peligro está en los vivos
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En el verano -o casi- de 1975-76, tanto Martínez Suárez como Gius sabían muy bien qué se venía. También la mayoría de la población. La película, estrenada en 1976, pasó desapercibida.
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