lunes, 20 de abril de 2015

SOBRE POLICÍAS Y PARAMILITARES



Más elusiva se vislumbra en los personajes centrales: no obstante, que en el resto del metraje ambos se encuentren invariablemente vestidos de civil, implica ya no solo el desplazamiento de la estructura legal a una ilegal –cuyos lazos se perciben débiles- sino también la idea del uniforme como un disfraz, como una puesta en escena ante el resto de la sociedad. Aquí el sistema de bandos se clarifica: de un lado, los parapolicías como representantes del Bien; del otro, el enemigo se personaliza, es dotado de rasgos que lo definen. (...)  aquí hay un jefe, un cerebro de grupo que responde a las concepciones clásicas del villano: el hombre que intenta secuestrar a un físico nuclear para usar sus conocimientos para el Mal. Ese Mal tiene nombre y datos precisos: Hans Steiner, árabe, nacionalizado suizo y que vivió en Alemania Oriental. Es decir: dos de los centros del terrorismo de los 70 y un país neutral definen por sí mismos las características negativas del personaje.

El peligro está en los vivos, pag.60

Este engendro estaba siendo pasado ayer domingo por la tarde por el canal de cable Volver, con la misma impunidad con que la película fue hecha en su momento.

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